jueves, 28 de octubre de 2010

DESPEJAR ECUACIONES

TETSUDA ISHIDA

Despejo ecuaciones sin resolver, logaritmos y símbolos misteriosos, intersecciones complejas, sumas y restas que nunca dan un número exacto.

Algunas ocupan los espacios vacíos de mi cuerpo y mi mente hace años, tal vez desde el instante en que asomé a este mundo: el amor, el rencor, los hijos, los amigos, el temor a mi mismo y a los demás. Otras son disyuntivas muy recientes con ángulos desconocidos y trigonometrías variables: cómo actuar ante los nuevos retos, ante los compañeros dispersos, ante esta muchacha que cruza en mi vida.

Hago una lista de todas ellas, las dibujo con trazos que yo, inexperto por igual en la vida y las matemáticas, nunca pude aprender. Pienso en ellas, respiro en su interior, buceo entre sus duras aristas, las abrazo y las beso y veo cómo algunas se disuelven por sí solas. Otras, sin embargo, permanecen allí, inmutables al paso del tiempo.

Tal vez se resuelvan con los años, sin esfuerzo o tal vez me acompañen aún, algún día, en mi viaje a las estrellas.



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