El pensamiento es un muro cerrado a los otros donde guardamos un mundo secreto. Si cruzamos sus márgenes difusos encontramos deseos que no llegaron a ser, amores que nunca nacieron, caballos heridos, líneas de sangre, caricias y besos.
El pensamiento es un barco enterrado, un pez abisal que vive entre monstruos marinos, en la profundidad oscura del océano, una nave perdida en los límites del universo.
El pensamiento es un colibrí con las alas cortadas, un niño que nació sin sueños.
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