jueves, 15 de octubre de 2009

EL CALLEJÓN DE LAS DIFICULTADES

BALTHUS (La rue)


Gatillo es el personaje más importante del Callejón de las Dificultades. No es agresivo ni pendenciero, como parece presagiar su nombre, sino suave y delicado, armonioso como un ángel, sonriente como un muchacho enamorado.

La gente del Callejón vive casi del aire. Pocos trabajan o tienen rentas fijas. No hay casi funcionarios, comerciantes, políticos, profesores ni hombres de negocios. Algunos son rateros, otros contrabandistas o traficantes. La mayoría pasea de día y de noche, sin rumbo fijo, contemplándose entre si, o ya aburridos de verse, se concentran en sus propia contemplación, en sus mundos internos.

Gatillo tiene dotes extraordinarias. Adivina el pensamiento y puede transmitir a los otros mensajes telepáticos. Se comunica de ese modo con sus amigos y vecinos. Claro que esa comunicación se da en una sola dirección. Aquellos que consiguen captar sus mensajes con claridad son incapaces de devolver la llamada.

Muchos se esconden a su paso o se tapan la cara, convencidos de que el rostro delata sus intenciones, su mundo escondido y ruin. Gatillo, sin embargo, no necesita verlos. Se comunica a través del aire, por un componente infinitesimal que acompaña al oxígeno en su devenir por el mundo, que da la vida y la quita y transforma ideas y pensamientos en vehículos alados.

Otros, en cambio, lo buscan ávidamente, como si fuera un hechicero o un sacerdote del vudú. Cuentan que resuelve cualquier problema, que supera dificultades y contratiempos como Thor, el dios vikingo, como Vishnú o la serpiente alada de las leyendas mixtecas.

Gatillo no es fuerte ni bien parecido, pero duerme acompañado cada noche por la muchacha más bella del Callejón. Ella, a cada minuto, enamorada, recibe un beso a través del espacio, un mensaje de amor, una rosa de viento.



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