jueves, 23 de abril de 2009

LOS NUEVOS DIOSES

DIEGO RIVERA (América prehispánica)


Cuando los españoles, vascos, catalanes, andaluces, extremeños o portugueses llegaron por primera vez a América, vivían en el continente cerca de cien millones de indígenas, chichimecas, otomís, toltecas, olmecas, zapotecas, mixtecas, huaxtecas, arapahoes, guaraníes, maipurúes, patagones, inuits, jíbaros, guaycurúes, charrúas, yaquis, chavines, chimúes y muchos más.

En los años siguientes la población europea en el nuevo continente se incrementó rápidamente, mientras sus primitivos habitantes sufrían una catástrofe demográfica sin precedentes. Las causas de este colapso, además de las enfermedades infecciosas portadas por los conquistadores, para las cuales la población indígena no poseía defensas, fueron la brutalidad de la conquista y las condiciones de explotación extrema de que fueron objeto por parte de los colonizadores, las hambrunas, la separación de las familias, los sistemas de trabajo y la migración forzada, la esclavitud, los tributos exorbitantes y la devastación ecológica. También jugó un papel importante la desgana vital, es decir, la decepción psicológica y la desesperanza causada por el derrumbamiento del mundo indígena.

En los primeros 130 años después de la llegada de Colón la población india de América se redujo en un 95 %. Solo en México se calcula que en 30 años murieron 15 millones de indígenas. El genocidio fue especialmente importante en América del Norte, donde fueron asesinados 20 millones de nativos, exterminio que tal vez continúa hasta el día de hoy.

Para reemplazar como trabajadores a la gran cantidad de indios muertos durante la conquista los europeos capturaron alrededor de 60 millones de africanos al sur del desierto del Sahara, de los cuales unos 12 millones llegaron vivos a América donde fueron reducidos a la esclavitud.

La mayoría de los nativos fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. La conquista y colonización de América fue una cruzada de evangelización, pero el principal objetivo fue otro muy distinto, la extracción de metales. Hoy, que muy pocos creen en aquellos dioses, las masacres de civiles indefensos, cuyo fin es la obtención de petróleo barato, de diamantes o minerales estratégicos utilizados en los modernos productos de consumo de masas, se realizan en nombre de los nuevos dioses, la democracia, el progreso y el libre comercio.


3 comentarios:

Cristina Catarecha dijo...

La historia se repite y nosotros, patéticamente, seguimos con nuestras cruzadas. Los mismos patrones, diferentes armas. Los mismos propósitos, mayores tragedias.
Pero...a quien le importa? a ti? a mi? bahhh, no somos nadie; lo único importante para ellos es el poder.

Un placer leerte.
Un beso.

Cristina Catarecha dijo...

La historia se repite y nosotros, patéticamente, seguimos con nuestras cruzadas. Los mismos patrones, diferentes armas. Los mismos propósitos, mayores tragedias.
Pero...a quien le importa? a ti? a mi? bahhh, no somos nadie; lo único importante para ellos es el poder.

Un placer leerte.
Un beso.

Ramón Guinea dijo...

Hola, Cristina. Me alegra un montón recibir tu comentario. Espero que todo te vaya fenomenal por Lleida. Muxuak