domingo, 21 de diciembre de 2008

EL OTRO LADO DEL ESPEJO

JONATHAN VINER (Stay of Execution)

Shamash cruza cada día el sendero que conduce al otro lado del espejo. Lleva años yendo y viniendo por él. Allí encuentra a su padre que murió, a sus amores pasados, a los niños que pudieron nacer de la energía volcánica de su semen. Descubre todos los lugares donde pudo ser distinto, vive en ciudades diferentes o en otras casas de su misma ciudad. Se cruza en la calle consigo mismo, llega a su hogar donde lo espera la mujer que lo abandonó hace diez años. Acuesta a sus hijos con un beso y hablan los dos en voz muy baja sobre quienes pueden ser aún, ya que por ellos han renunciado a la vida.

A este lado Shamash se mueve libre como una pluma de halcón, preguntándose donde le llevará su espíritu viajero, su instinto por vivir en el límite. Asume riesgos insospechados, se enreda en asuntos en los que hace un tiempo se hubiera sentido un extraño, hace nuevos amigos, tiene relaciones fugaces, viaja a lugares que nunca creyó que pudiera visitar, ve caimanes, da de comer a las mangostas, duerme con iguanas, tiene amantes cubanas, finlandesas, eslovenas.

Shamash quiero vivir siempre así, entre las dos mitades del espejo. Necesita los dos mundos, el que él mismo escogió y el que pudo haber sido y existe aún entre una fina niebla, del otro lado. Quiere vivir sin renunciar a sus muertos y a todos los vivos, a los que pudo ser y a todos los que puede ser aún en sus años de vida, hasta su viaje definitivo, hasta que un día caiga sobre el suelo como una hoja sin vida.


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