domingo, 31 de mayo de 2009

DJEMBÉ



El jueves pasado asistí a unas jornadas sobre nuevos emprendedores, personas, en su mayoría jóvenes, que quieren montar una empresa. Por la tarde, después de un día repleto de presentaciones e iniciativas diversas, a la vuelta de un descanso, nos encontramos en cada asiento con un tambor africano, un djembé.

Se trataba de otra presentación, muy distinta esta vez. Sewa Beats es también una empresa. Sin embargo, pretende utilizar la percusión africana, su instrumento de trabajo, no tanto como un método para ganar dinero rápido, sino para promover la tolerancia, el entendimiento, la igualdad y la paz entre las personas. Su misión es ensanchar el potencial de los seres humanos, para lo cual trabajan con el lenguaje elemental del ritmo, combinando la percusión africana tradicional con modernas técnicas de enseñanza.

Sus sesiones pretenden estimular tanto el cuerpo como la mente, llevarlos a un mayor nivel de receptividad, hacer que la gente sea consciente de que, a través de sus sentidos, pueden descubrir maneras más efectivas de comunicarse. Además, la empresa recauda fondos para proyectos solidarios en todo el mundo y trabaja con comunidades desfavorecidas, con niños sordos, con refugiados y con presos que pretenden rehabilitarse.

Sewa Beats no busca dar exhibiciones magistrales de músicos expertos en djembé, sino hacer participar a todos los asistentes a sus sesiones, demostrarnos que no somos islas, seres aislados unos de los otros, sino una abigarrada variedad de personas que formamos una sola comunidad.

Después de estar media hora tocando el djembé en compañía de cerca de doscientas personas, me pareció que deberían existir muchas empresas como ésta, que al tiempo que proporcionan un medio de vida a los trabajadores que las integran, nos hacen un poco más felices a todos.



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