Tomamos a broma lo que no nos hiere, lo que nos queda muy lejos, lo que les duele a los otros. Sin embargo, evitamos hablar de aquello que nos es más próximo, lo que nos toca de cerca, lo que no admitimos como un hecho gracioso: las ideas políticas o religiosas, los kilos de más, la caída del pelo, nuestros defectos tan bien guardados, la enfermedad o la muerte.
El sentido del humor de los países del sur se expresa hacia el exterior, hacia los demás. Se ríe de los otros, de las caídas, la estupidez y los defectos ajenos. El humor nórdico, sin embargo, se vuelve sobre sí, se ríe de la propia torpeza, de la ineptitud de uno mismo. Sucede igual, tal vez, con la agresividad o la violencia. El hombre del sur ataca a los otros, asesina, mientras el del norte comete suicidios, arremete contra sí. Pero tal vez haya algunos latinos que nacieron en Groenlandia o esquimales de Granada o de Catania.
Todo tiene un valor limitado: el dinero en exceso, la belleza o la fealdad, el amor, los triunfos efímeros. Todo, tal vez, sea relativo a excepción del hambre, el sufrimiento, la enfermedad o la muerte. Un individuo avezado lo ve todo ajeno a sí, es capaz de reírse de todo y de sentir una compasión inmensa por cada ser vivo, por él mismo y por todos los otros.
La labor del artista, del pintor, el cineasta, el escritor, el músico o incluso la del científico, es tal vez explorar los tabúes de su época, jugar en el límite de lo incorrecto, en la arista de las costumbres sexuales o las convenciones políticas, quemarse en la hoguera de los preceptos religiosos o judiciales y hacer con ello poesía, arte, teatro, cine. El artista, el científico, debe ser, según esto, un provocador y un suicida, alguien que tal vez acabe su vida en un cruel ostracismo o ante el pelotón de fusilamiento.
1 comentario:
gracias por el toque, ramón. tus ojos están bien y ya está arreglado.
el texto es en realidad una declaración de intenciones -4 líneas vamos-. espero que hayan merecido la pena ^^.
pd. ¡me pido ser esquimal en granada!
Publicar un comentario