El viento penetra tus aristas oscuras, tus cascadas, tus rápidos, tus montañas cubiertas de bruma, el bosque oculto de tus arterias.
Tus labios tiemblan de frío, la fiebre se mueve lentamente por los suburbios de tus ojos.
Intentas mover los dedos lentamente, tu corazón palpita con un leve tic-tac, tu voz emerge de la Vía Láctea, de un planeta que está más allá de la espiral más profunda del cosmos, del caos de las estrellas muertas.
Y tú, criatura del espacio, más preciosa que la cola de un cometa, te posas en mi vientre como una mariposa negra.
2 comentarios:
Me gusta leer estos pequeños retazos, como el de tu mariposa negra, cargados de imágenes sugerentes y de lirismo.
Un placer descubrirte, Ramón. Comparto además contigo la afición por la pintura.
Un abrazo.
He sentido una gran alegría al ver tu comentario, Juanan, porque te sigo hace tiempo. Me encanta lo que haces y espero volver a tener, alguna vez, noticias tuyas.
Saludos,
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