Desnudos, armados hasta los dientes, los kiyers te acechan sin descanso. Esperan una orden que solo tú puedes dictar. Su frágil mecanismo se activará en cualquier momento, pues el tiempo transcurre con premura.
No permitas que arraiguen en ti sus pensamientos fugaces, el trastorno cruel que los domina. No renuncies ni a un instante de vida, no des a tu asesino la orden que aguarda y obediente, ejecuta. No consientas que la lenta destrucción de tus células sea el inicio de una senda irreversible.
Rechaza los pensamientos oscuros. Vivir es tu única tarea. Llegará tal vez, mucho después, el instante de visitar los agujeros negros, de avanzar hacia el fondo de la tierra, hacia la luz del último tiempo.
No permitas que arraiguen en ti sus pensamientos fugaces, el trastorno cruel que los domina. No renuncies ni a un instante de vida, no des a tu asesino la orden que aguarda y obediente, ejecuta. No consientas que la lenta destrucción de tus células sea el inicio de una senda irreversible.
Rechaza los pensamientos oscuros. Vivir es tu única tarea. Llegará tal vez, mucho después, el instante de visitar los agujeros negros, de avanzar hacia el fondo de la tierra, hacia la luz del último tiempo.
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